viernes, 10 de febrero de 2012
Casa de Paz
Hasta los 29 años viví en el barrio del Vedado de La Habana, en
la calle 15, esquina con H, una calle de adoquines de finales del XIX y
comienzos del XX. Más abajo, en I entre 13 y 15, está la Gran Sinagoga Bet
Shalom, sede de la comunidad hebrea cubana. Es la sinagoga principal, de las
tres que hay en la ciudad, y fue construida en 1953.
Aún conservo en mi mente el arco
azul de hormigón en su fachada. Ahora sé que representa el arco iris que salió después de los doce meses de
diluvio universal, la señal de la alianza de Yahveh (Dios para los judíos)
con Noé, según el Antiguo Testamento de la Biblia. Siempre tuve la sensación
de mirar hacia arriba, pasaba por la acera de enfrente, bordeando el jardín
de una casa inmensa que está en I con 15. Cada vez que recorría ese trozo de
acera, lo hacía con la vista puesta en la sinagoga, fascinado por la
simbología, la arquitectura y el halo de misticismo que envolvía el edificio.
Además de mi tamaño, era un niño, la sensación de estar mirando a las alturas
la llevo conmigo cada vez que proyecto ese momento en la memoria. Una
escalera de mármol asciende hasta la puerta principal y esta composición,
desde una perspectiva metafórica, plasma el precepto talmúdico que dicta que
la sinagoga debe ocupar el lugar más alto de la ciudad.
En la parte superior del pórtico se proyecta la sombra
de una fracción de la estrella de David. La puerta de entrada, hecha de
aluminio, muestra imágenes en relieve de algunos elementos que identifican a
cada una de las doce tribus fundadoras del pueblo de Israel. Una de ellas, era la más llamativa a mis sentidos, un león,
obviamente para un niño, una imagen bien poderosa. Es el León de Judea, uno
de los animales más mencionados en la Biblia, el cual alude a la fuerza, la
belleza, el valor y la majestad real o divina. Otro de
los símbolos es la Menorá de siete brazos referida a la creación del mundo en
siete días y los candelabros sagrados del tabernáculo y de los templos
descritos en la Torah.
La
historia de los judíos en Cuba se remonta a la época en que llegaron los
peninsulares el 27 de octubre de 1492 . Luis de Torres, un judío español,
estaba entre los primeros europeos que llegaron. Junto a los primeros
españoles, arribaron los primeros judíos que huían de una España dominada por
la Inquisición, esperando encontrar la paz en esas tierras lejanas. Hay
algunos documentos que sugieren que la única gobernadora de Cuba, Doña Isabel
de Bobadilla, era judía. Otro judío, Francisco Gómez de León, fue preso y
ejecutado en La Habana a principios del siglo XVII por sus convicciones
religiosas; como él, muchos otros sufrieron la misma condena.
Después de la intervención
norteamericana a finales del siglo XIX en la guerra
hispano-cubano-norteamericana, llegaron del sur de La Florida muchos
askenazíes, judíos de origen centro-europeo. A comienzos del XX, entre 1908 y
1914, arribaron hebreos sefarditas procedentes del Medio Oriente,
principalmente de Turquía y la región sur de los Balcanes. Éstos fundaron en
La Habana la sinagoga Shevit Ajim en 1914 y el primer cementerio judío, en
Guanabacoa. En 1929 fundaron el Centro Hebreo de la calle Egido, también en
La Habana.
De alguna manera siento que soy
parte de toda esa historia, que toda esa energía ha influido directa o
indirectamente en mi esencia, cubana, iberoamericana y del mundo, que en las
aguas de mi espíritu, en el barco común, navega junto a todas las demás, la
herencia cultural que han dejado en nuestras raíces los judíos. Hasta finales
de los años ochenta, cuando conocí a una cubana de origen askenazí y a su
familia, gente encantadora y muy abierta de mente, no sabía de ellos en
profundidad. Tenía bastante conocimiento sobre la tragedia del Holocausto,
también sobre tópicos de carácter histórico-religioso o la expulsión de
España al igual que a los árabes. Sabía del conflicto en el medio oriente,
del Sionismo, de la creación del estado de Israel en 1948 y sus
connotaciones, la guerra de los 6 días, etc. Había leído “El espía del
champange” de Wolfgang
Lotz, un agente secreto alemán
occidental que espió a favor de Israel en Egipto y realizó sus misiones en un
ambiente de lujo, agradable y extravagante a la vez, arrestado en febrero de
1966. Muchos años después supe que hasta el año 1973 Israel tuvo embajada en
la Isla y que muchas de los avances tecnológicos agrícolas que se implantaron
en esa época, fueron llevados por ellos.
En
1993 me trasladé a vivir definitivamente a la península y empecé a conocer de
cerca el legado hebreo de Sefarad, como le llamaban en España los judíos
Sefardíes. En Córdoba pude palpar la grandeza nacida de la convivencia con
los árabes andalusíes, en Toledo la huella imperecedera dejada en el barrio
judío, en general en casi toda la península, las innumerable costumbres y
manifestaciones culturales en las que perviven. Tuve además el placer de
hacer música para un documental sobre este importante patrimonio conservado
en el museo sefardí de esta última ciudad. Aprendí mucho realizando ese
trabajo.
Al
final presiento que de igual forma que en Cuba decimos: “el que no tiene de
congo tiene de carabalí”, en la península, “el que no tiene de andalusí tiene
de sefardí” y por tanto en la mayor de las Antillas como en gran parte de
Iberoamérica, tenemos de los unos y de los otros.
En esa remota infancia, ignoraba el
significado de esa extraña construcción cercana a mi casa, mística, admirable
y embriagadora, pero el poder de unos símbolos echaron a volar la
imaginación, despertaron en mi el deseo de sentir más allá de las palabras a
través de imágenes creadas por la necesidad humana de expresar anhelos,
sueños y esperanzas, eso que llamamos fe. Abrieron una puerta a mi
percepción, sin más connotaciones que el inmenso poder de ese imaginario,
simbólico, poético y cultural, la semiótica visual de las culturas.
Pavel Urkiza
10 de febrero del 2012
Fotografía: David Arenal
Traducción: Carol Hine
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friday, 10th of february 1012
House of Peace
Till my 29 years I lived in the suburb of
Vedado in La Havana, in the street 15, corner with H, a street of paved
stones from the end of the XIX century and beginning of the XX. Downwards, in
I, between 13 and 15, is the great Synagogue Bet Shalom, siege of the
community of the Cuban Hebrews. It is the main synagogue of the three, which
are in the town, and was built in 1953.
Still I keep in mind the blue arch of cement
of its facade. Now I know that it represents the rainbow, which came after
the twelve months of the universal deluge, a sign of the alliance of Yahweh
(God for the Jews) with Noé, as from the Bible. Always I had the impression
to look above: going along the garden of a huge villa, which is in I with 15.
Any time that I went on this part of the sidewalk, I did it with the eyes
fixed on the synagogue, fascinated by the symbols, the architecture and the
halo of mysticism that wrapped up the building.
Besides of my stature, I was a child, the
sensation to be looking to the heights is something that I keep with me any
time I remember it. A staircase of marble was going up to the main door and
this, from a metaphoric perspective, is a precept from the Talmud, which
dictates that the synagogue has to be in the higher place of the town.
In the upper part of the portico is projected
the shadow of a fraction of David’s star. The entry door, made of aluminium
shows imagines in relief of some of the elements that identifies each of the
twelve tribes, at the origin of Israel. One of them was the showier for me, a
lion, and obviously for a child an image powerful. It is the lion of Judea,
one of the animals the more mentioned in the Bible,
alluding to the strong ness, the beauty, the
courage and the royal or divine majesty.
Another symbol is the Menorah of seven arms
referring to the creation of the world in seven days, and the sacred candelabras of the tabernacle
and the temples descripted in the Torah.
The history of the Jews in Cuba is going back
to the moment where people from the peninsula arrived to the island, on the
27th of October 1492. Luis de Torres, a Spanish Jew, was between
the first Europeans who came. With those first Spanish, came the first Jews
who were escaping from a Spain dominated by the inquisition, they hoped to
find the peace in those far countries. There are some documents which
suggests that the only feminine Governor of Cuba, Dona Isabel de Bobadilla,
was Jewish.
Another Jew, Francisco Gomez de Leon, was
arrested and executed in La Havana in the beginnings of the XVII century for
his religious convictions: as well as him, many others have suffered the same
condemnation.
After the North American intervention at the
end of the XIX century in the Hispano-Cuban- North American war, arrived from
the south of Florida many Ashkenazi, Jews from Central Europe. At the
beginning of the XX century, between 1908 and 1914, were Hebrews Sephardim
coming from the Middle East, mainly from Turkey and from the Balkans. They
founded in La Havana la Synagogue Shevit Ajim in 1914 and the first Jewish
cemetery, in Guanabacoa. In 1929 they founded the Centre Hebrew of the Egido
Street, also in La Havana.
In a certain way I feel that I am part of all
this history that all this energy has influenced directly or indirectly my
Cuban essence, Iberian American and of the world, that in the waters of my
spirit, in the commune boat, I navigate together with all the others and the
cultural inherence let by the Jews in our roots.
Until the end of the years 80, when I knew a
Cuban from Ashkenazi origin and her family, lovely people and very openly
minded, I knew few things about them. I had a good knowledge of the tragedy
of the Holocaust, also about the topics of character historic and religious,
or their expulsion from Spain as well as the Arabs’one. I knew about the
conflict in Middle Eats, about the Zionism about the creation of the State of
Israel in 1948 and its connotations, the 6 days war, etc. I have read - El
espia del champagne - of Wolfgang Lotz, a German secret agent, who spied in
favour of Israel in Egypt and realized his missions in a luxurious ambiance,
pleasant and extravagant at the same time. He was arrested in February 1966.
Many years later, I discovered that till the year 1973, Israel had an embassy
in the Island and from them the Cuban took many of the agricultural
technologies, which appeared at that time, in the Island.
In 1993, I definitely transferred myself in
Spain and started to know from nearby the Sepharade’s Hebrew legacy as the
Jews Sephardim call it in Spain.
In Cordoba I could touch the greatness coming
from the coexistence with the Arabs Andalous. In Toledo the immortal trace let
in the Jewish quarter. And in general almost in the entire peninsula, the
numerous customs and cultural manifestations in which they survived.
In addition to that I had the pleasure to
compose the music for a documental on this important patrimony kept in the
museum Sepharade of Toledo. I learnt a lot doing this work.
Finally I have the premonition that, as well
as in Cuba, we say – The one who is not a Congo is a Carabali – in Spain they
say – The one who is not Andalous is Sephardim – and it is why, in most of
the Antilles as in Iber America, we received from the ones and the others.
In this remote time of my childhood, I
ignored the signification of the strange building near my house, mystique,
admirable and delighting, but the power of some symbols made my imagination
flying, woke up in me the desire to feel farer than the words through images
created by the human necessity to express desires, dreams and hopes, what we
call faith. Those symbols opened a door to my perception, without more connotation
than the immense power of this symbolical, poetical and cultural imaginary,
the visual semiotic of the cultures.
Pavel Urkiza
10th of February 2012
Photos: David Arenal
Translation: Carol Hine
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los sefarditas para distinguirse le ponian S al final alos apellidos,yo soy Penas
ResponderEliminarGracias por este detalle.....Un abrazo
EliminarEsta casa abrió tambien sus puertas a nuestra cultura y hoy en dia es un importantísimo lugar a la expresión teatral cubana, ya desde hace años venia haciendo por el arte sin ningún tipo de pretensión religiosa, lo que agrega mas poder a su paz.
ResponderEliminarHola querido Pavel, soy tu amigo José Antonio Quesada, he seguido tus huellas por La Ruta de las Almas y ya ves, metido en tales propósitos uno termina convergiendo a tu sana sombra.
ResponderEliminarEste proyecto tiene un marcado acento a siglo XXI, es la verificación de que el único camino cierto hacia la paz pasa por bucear en las raíces universales de lo que somos sin la trampa del ego y otros complejos, por eso La Ruta de las Almas nos sitúa gratamente en el ahora que llama a la puerta de la conciencia desde la frescura de las ideas y el buen hacer que siempre te ha caracterizado.
Vivimos tiempos de encrucijadas y si atamos fuerte a la estupidez y el miedo, la esencia de las cosas verdaderas se manifestará de forma natural, sólo pides una cosa, detener el caos interior y fijar el alma en aquello que hay dentro, como un ágora donde cabemos todos y podemos dejar hablar a todos.
Estoy feliz con tu proyecto, es un tipo de felicidad profunda nacida en la tranquila confianza que emana de ti.
Y me siento muy honrado en compartirla de ese modo.
Gracias por lo que hacer querido Pavel
Hermano!!! que alegría encontrar tu comentario!!, reconforta y da fuerzas, sobre todo porque en esa ruta que comenzó hace más de 25 años, allá por los comienzos de los 80, me llegó una luz proveniente de tu arte que de alguna manera iluminó lo que se empezó a "cocinar" en mi camino......Abrazo inmenso.
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